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DE LOS APENINOS A LOS ANDES
O de Trieste a la Antártida, Tierra del
Fuego, La Plata.......
Algo siempre se
está moviendo debajo de nuestros pies. A veces la energía
se libera de tal forma que nos presenta su rostro más
temible: los terremotos. El planeta alberga zonas críticas en
ese aspecto pero gracias a un trabajo mancomunado, los sismólogos
se desvelan para entender cada vez más cómo suceden
estos movimientos de diversa intensidad y, por supuesto, dar pasos
hasta lo que por ahora es imposible: saber cuándo sucederán.
Una ruta para rastrear el latir de la Tierra
El Dr. en física Marino Russi, sismólogo
italiano, transita la Facultad de Cs. Astronómicas y
Geofísicas (FCAyG) de la UNLP, con un paso tranquilo y como si
estuviera "en casa"; es que desde hace años su
actividad en el Departamento de Oceanografía del Instituto
Nacional de Oceanografía y de Geofísica Experimental de
Trieste, lo vincula con el grupo de investigadores del Departamento
de Sismología e Información Meteorológica de la
citada Facultad.
Juntos trabajan desde hace 5 años
cuando instalaron la estación sismológica en la Base
Orcadas, en la campaña antártica de verano 1996/97.
"Queremos desarrollar
conjuntamente una red regional en Tierra del Fuego con unas seis
estaciones donde podrán intervenir otras instituciones
argentinas que se interesen en el estudio de la zona y en la región
antártica".
El Dr. Russi reseña que el
Instituto que representa posee tres convenios, "uno con la
Facultad de Astronomía y Geofísica para mejorar el
equipamiento en la estación sismológica ubicada en la
estancia Despedida, la cual realiza estudios que están
relacionados con la situación geológica y sismológica
de Tierra del Fuego, que en 1949 tuvo un terremoto muy importante de
magnitud 7 a 8. Además mejoraremos los instrumentos ubicados
en el Observatorio geofísico de Trelew que depende de la
Facultad." En la región de Tierra del Fuego hay un
conjunto de fallas que se interpretan como la evidencia superficial
de las placas tectónicas Sudamericana y de Scotia. De esas
fallas la más grande -600 Km a través de Tierra del
Fuego en territorio argentino y chileno- se conoce como sistema de
fallamiento Magallanes-Fagnano. "Si hoy se registrara un sismo
de aquellas características sería más peligroso
porque hay población, por eso es interesante tener una red en
Tierra del Fuego y conocer mejor la sismicidad de esa región
conectada con la sismicidad antártica". El segundo
acuerdo que menciona Russi es con el Instituto Antártico
Argentino para el desarrollo de la red antártica; desde 1992
instalaron tres estaciones de banda ancha* en Base Esperanza,
Ushuaia, y Base Orcadas, ésta última con colaboración
de la Facultad platense. El tercer acuerdo es con el Centro Austral
de Investigaciones Científicas (CADIC). "De la FCAyG
depende la Estación Astronómica de Río Grande y
junto al CADIC pueden manejar muy bien esa Red."
En el Mar de Scotia, por
ejemplo, interactúan las placas principales Antártica y
Sudamericana. O sea que la región de Tierra del Fuego es una
región tectónica muy compleja y requiere de una red
sismométrica local con estaciones de banda ancha y corto
período permanentes, que son el único camino para
proveer información sismológica y realizar monitoreos
de la sismicidad de la zona. La zona tiene pocos datos en general y
se subestima su sismicidad. El Dr. Russi aclara que Italia tiene
varias actividades que la involucran con el continente blanco y todo
se financia con el Programa Nacional para la Investigación en
Antártida (PNRA).
El Departamento de
Sismología de la FCAyG de la Universidad Nacional de La Plata
instaló dos estaciones en el Sur: una en Trelew (1999) en
cooperación con el Programa Nacional Italiano de Investigación
Antártica que proveyó el instrumental. La segunda
estación se ubicó en la ciudad de Río Grande
(Tierra del Fuego) en la Estancia Despedida, ubicada a unos 50 Km de
esa ciudad (1999). Los datos obtenidos se guardan y luego son
extraídos y enviados a La Plata.
"En este viaje mi
máxima tarea fue evaluar los resultados e implementar la idea
de dos estaciones con registro en tiempo real y registro digital. Es
el punto más delicado de los próximos dos años.
Queremos optimizar la utilización del instrumental -cada vez
tenemos más en la región- y reforzar la cooperación
entre las instituciones argentinas. Es imprescindible que se
compartan los datos para el progreso de esta ciencia. Nosotros en
Italia no lo hicimos por mucho tiempo hasta que nos convencimos de
que no se pueden hacer estudios sismológicos satisfactorios
sin el intercambio libre de esos datos. No se trata sólo del
instrumental sino entender que la información no sirve si se
la utiliza unilateralmente. De ahí el esfuerzo de argentinos e
italianos para avanzar en estos temas y compartirlos con las redes
mundiales."
Como si fuera un electrocardiograma terrestre
No es un afán caprichoso
registrar datos sino una estricta necesidad de monitorear información
que luego será la base de múltiples investigaciones que
se comparten con científicos de todo el mundo.
Marino Russi se
especializa en el área instrumental para la sismología
"Dividí mi actividad entre lo técnico y la
investigación del dato obtenido pero finalmente tuve que
decidir por una sola tarea. La parte instrumental de la sismología
tuvo gran cambio a partir de los años '70 a '80 con la
revolución informática. Se empezaron a ver los primeros
tipos de sensores que miden todo el espectro de la frecuencia de la
señal que interesa al sismólogo; en la década
del '90 esta instrumentación se perfeccionó y fue
distribuida a precios accesibles a las instituciones más
importantes. Los instrumentos previos obtenían un dato que
sólo tenía en cuenta una pequeña banda de la
frecuencia de señal que a uno le interesa. Por ejemplo, un
sensor medía sólo las frecuencias generadas por
terremotos cercanos, otro podía medir la frecuencia de
terremotos lejanos y se necesitaban instrumentos varios. Ahora con un
solo instrumental se cubre toda la frecuencia -de poca o mucha
amplitud- sin que la señal se sature. Es fundamental la
posibilidad de registrar muchos datos en un mismo lugar. Actualmente
hay métodos de almacenamiento que pueden colectar un año
de datos continuos a la frecuencia que nos interesa; no hay
necesidad de manutención. Esto es de gran utilidad para
lugares muy distantes o de difícil acceso."
El Programma Nazionale
di Ricerche in Antartide (PNRA) se inicia en 1985. El proyecto de la
red sismológica en la región de SCOTIA comienza en el
verano de 1991 y está financiado en el ámbito del
Settore di Ricerca "Geodesia ed Osservatori" del PNRA"
como proyecto "Sismologia a larga banda nella regione del Mare
di Scotia. La primera estación sismológica en Base
Esperanza (Antártida) fue instalada en Enero de 1992.
El proyecto que
continuaremos durante el 2002 y hasta el 2004 implica el cambio de
todo el instrumental que tenemos en las estaciones antárticas.
Tenemos un proyecto para transmitir los datos en tiempo real a través
de un sistema de acceso satelital desde Orcadas que es un lugar muy
interesante pero poco accesible. Sólo van una o dos veces al
año y a todo el mundo le interesa obtener información
sísmica de esa zona."
Russi señala que el
instrumental que poseen es chequeado una vez al año junto con
personal del Instituto Antártico y la FCAyG. "Tener
varias estaciones es muy útil porque estudiamos todo el Mar
de Scotia, que es una región muy grande y particularmente
interesante en la zona cercana a la península antártica
y a las islas Shetland del Sur."
El Dr. Russi viajó
a Washington y a Alburquerque (Nuevo Méjico), EEUU antes de
venir a la Argentina: "me reuní con gente del USGS
(United States Geological Survey) y concertamos la futura
implementación de estaciones participantes de la red mundial
junto con el Instituto Antártico Argentino y la Facultad de
Astronomía y Geofísica de la UNLP. Todos los datos
entonces, serán concentrados en un centro mundial. Los Estados
Unidos también están interesados en la Estación
de Despedida porque está en una zona falta de instrumentación
y puede ser útil para el estudio local si la unimos con otras
estaciones cercanas y también para un estudio global. Por
ahora comenzaremos a colocar el mejor instrumental y haremos
transmisión directa a través del satélite."
Enamoramiento blanco
Quien va a la Antártida
vuelve con la nostalgia de su paisaje y el resabio de una experiencia
única. "Ya fui dos veces a Base Esperanza, una en el
verano de 1992 que fue muy excitante por estar en un ambiente natural
increíble; vivir en esa Base es como vivir en un pequeño
paraíso, como huésped italiano estar allá, poder
trabajar muy tranquilo y con la ayuda de toda la gente fue algo muy
impresionante. La segunda vez fue en 1994."
En este viaje, el Dr.
Russi tuvo la posibilidad de conocer mejor a la Argentina; recorrió
eventuales sitios para colocar instrumental en Tierra del Fuego,
viajó a San Juan y Mendoza, se contactó con el INPRES
(Instituto Nacional de Prevención Sísmica)
Tiembla Italia
No es casual que Marino Russi se haya
dedicado a la sismología cuando su país de origen es
también una región con zonas de alto riesgo sísmico.
Una vez recibido, Russi inició su actividad en el citado
Instituto que por ese entonces se llamaba Observatorio de Geofísica
Experimental de Trieste.
"La primera cosa que hice fue ir
a la Estación sismológica de Berkeley en California
EEUU donde durante tres meses aprendí todo lo que hace a la
gestión de redes sismológicas y la elaboración
de los datos obtenidos. A mi regreso a Italia puse a punto el sistema
de elaboración de datos de la estación WWSSN de Trieste
y de las siete estaciones analógicas instaladas en el Friuli
después del desastroso terremoto del 6 de mayo que destruyó
la región dejando un saldo de mil muertos. Sucesivamente
durante seis años dirigí la unidad de sismología
que manejaba una red de 15 estaciones digitales en la región
de Friuli más la estación WWSSN de Trieste".
El Instituto Nacional de Oceanografía
y de Geofísica Experimental de Trieste (OGS) es un ente con
dependencia directa del Ministero dell'Istruzione dell'Università
e della Ricerca. El OGS tiene tres departamentos dentro del área
de Geofísica: Geofísica de la Litosfera, que se ocupa
de sísmica activa, investigación
petrolera y otros métodos geofísicos; Departamento de
Oceanografía que se ocupa de oceanografía, de geofisica
ambiental y sismología
global y en el mar y maneja las estaciones de Trieste y del Mar de
Scotia y Centro de Investigación Sismológica que
maneja la red regional de Italia Nor-Oriental.
Este sismológo italiano nos
cuenta que su país tiene una sismicidad elevada en buena parte
del territorio. El 70 % de Italia puede llegar a tener terremotos
superiores a 7 en la escala Mercalli (da la medida en cuanto a daños
materiales producidos). La región más sísmica es
la del Arco Calabro Siciliano "El terremoto de Messina de 1908
fue de más de 8 de magnitud y hubo 100.000 muertos; la segunda
región problemática es la del Apenino central, la
región del Abruzzo donde se encuentra la ciudad de L'Aquila, y
la Campagna que en 1980 tuvo un terremoto de magnitud 7 con más
de 3000 víctimas." Russi agrega que la otra zona sísmica
es su región, Friuli que el 6 de Mayo de 1976 sufrió un
terremoto de magnitud 6.4 con un saldo
de 1000 muertos.
"La diferencia entre estas
regiones es cómo se recuperan posteriormente. En Friuli estuvo
todo reconstruido en 10 años, con financiamiento nacional y
regional, pero hay regiones con construcciones muy viejas, o centros
históricos que dificultan su reconstrucción, además
que las superficies no son planas. En Asís no fue un terremoto
grande pero hizo gran daño en la obra arquitectónica
afectada, fue golpeado el corazón de la cultura italiana,
parte de su patrimonio cultural. Ahora tememos que suceda uno en la
región del arco calabro-siciliano porque el último
terremoto fue hace mucho tiempo."
Cuando en 1959 un tratado
internacional convirtió a la Antártida en el continente
de la paz y de la ciencia se alentaba, entre otras cosas, la
cooperación científica. En ese camino, argentinos e
italianos se encuentran una vez más.
Periodista Alejandra Sofía (19 de febrero de 2002)
Imágenes: fotógrafo
Guillermo E. Sierra
Noticias Científicas de la NASA